Ahora último, es muy común escuchar la frase: “tienes que sentirlo para sanarlo”. De pronto, después de vivir en una era en donde anulamos, por completo, las emociones, estamos comenzando a reconocer su importancia.
Y es que sentir para sanar, es básico. Sin embargo, vivimos, en GRAN PARTE, en una sociedad en donde la mayoría de seres humanos adormecen sus emociones; y al hacerlo, se adormecen a si mismos.
Por ejemplo, sucede algo en el trabajo que te molesta o te hace sentir pena y llegas a casa y te pides algo de comer, te tomas un trago o sigues trabajando para evitar sentir dolor.
O quizás tienes una discusión fuerte con alguien importante (como tu pareja o un ser querido) y en vez de sentir miedo, tristeza o rabia (que pueden ser emociones naturales según la situación), la tendencia es a buscar alguna distracción para adormecer estas emociones.
Por otro lado, tampoco se trata de sentir por sentir. Porque si tienes la tendencia (como la tuve por años) a dramatizar y victimizarte, podrías llorar con facilidad y caer en la desesperación… Sin embargo, este sentir no sana, este sentir, agranda.
Por eso, es importante tener presente lo siguiente: A diferencia de otros animales, nosotros tenemos un cerebro que acompaña a nuestras emociones con una narrativa. En otras palabras, de pensamientos … Y estos pensamientos, pueden agrandar, aliviar, transformar o potenciar lo que estás sintiendo.
Es justo por esto que la frase: “tienes que sentirlo para sanarlo”, está incompleta… Porque, como te mencioné hace un rato, no se trata de sentir por sentir….
Si, realmente, quieres sanar, si, realmente, quieres comenzar a vivir de una manera distinta, si, realmente, quieres empoderarte, amarte y hacer de la vida un camino más bonito porque te tienes al lado (a pesar de los desafíos que te puedan tocar), es necesario que te des un tiempo para estar con tus emociones a nivel profundo.
Para chequear cómo te sientes, para sentir en el cuerpo lo que produce esa molestia y entender de dónde viene. Entender qué hace que estés viviendo esa situación cómo la estás viviendo… Para que puedas desafiar esa narrativa, sanar a tu niñ@ interior y comenzar a enseñarle algo distinto.
Ten presente que un camino de sanación, es un camino que te lleva de regreso a ti para reconocer tu historia y reescribirla de un modo que te empodere.
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