Hace unos meses, investigando información para mis talleres, me topé con el libro de Brene Brown “Frágil” y allí descubrí un miedo que no podía creer que existiese. Cuando lo leí pensé ¿Pero cómo, acaso no es lo que más queremos?

Y fue así, cómo recordé el primer libro que leí de mi mentora favorita, Gabrielle Bernstein, que decía:

“Uno de tus más grandes miedos es ser feliz”.

En ese momento pensé ¿What? ¿Tener miedo a ser feliz? Bah no va conmigo. Si es lo que más quiero.

La verdad, ahora, no suena tan descabellado. Tomando consciencia, me di cuenta de que cuando todo salía bien, aparecía un pensamiento que me pinchaba el globo; y me decía:

“No estés tan feliz que ahorita vuelve a fregarla”, “ten cuidado que en cualquier momento pasa algo malo y la decepción puede ser muy dolorosa”o “no te emociones por gusto”.. “

¿Cómo surge el miedo a ser feliz?

Brene, señala que el miedo a ser feliz es mucho más común de lo que te imaginas.

Explica que aparece cuando de niña te pusiste una armadura para protegerte de que te hicieran daño, humillaran y/o decepcionaran.

Por ejemplo: cuando llegaste del cole feliz por una nota y venía papá o mamá y te decía que no era suficiente o si tu hogar, el lugar seguro de amor y protección, era inestable emocionalmente.

Después de estos eventos, pudiste tomar la decisión (subconsciente) de ponerte una armadura para no sentir dolor.

Porque en cualquier momento podía pasar algo malo; y esa armadura te protegería del dolor que produce la desilución.

¿De que más te protege el miedo a ser feliz?

De la incertidumbre.

Puesto que la “bendita” incertidumbre es parte de la vida y trae consigo el no tener ni idea de qué te depara el futuro.

Así, te la pasas bien bonita con tu armadura puesta  para que la mala noticia no te agarre desprevenida.

Teniendo pensamientos como:

“No es seguro sentirme plenamente feliz porque las cosas podrían cambiar” o “Mejor me preparo para lo peor” (el himno de la negatividad).

Pero, no sé si al cruzar el umbral de este mundo, cuando te pregunten:

¿Hijita de qué te sientes orgullosa? Responderás de haberme preocupada todos los días o de no haber disfrutado mi vida por temor a que me pase algo malo.

Creer que para protegerte es mejor tener pensamientos negativos, te lleva a estar en permanente estado de alerta.

Por consecuencia, tu nivel de estrés se dispara y así es imposible disfrutar la vida.

¿Qué puedes hacer para comenzar a quitarte la armadura y soltar el miedo a ser feliz?

1. Sentir gratitud:

Una de las prácticas que más ayuda es tener un diario de gratitud y apuntar todos los días las cosas por las que te sientes agradecida y bendecida.

Trata de mirar, también, el lado positivo de los problemas, sin anular tus emociones. Reconoce qué puedes aprender para volverte mucho más fuerte.

Cuando escribas en tu diario, te recomiendo hacerlo con consciencia. Reflexionando sobre cada ítem de tu lista. Reconociendo el valor que aporta a tu vida, por más pequeño que parezca.

A nivel energético lo cambia todo; y poco a poco te sentirás mucho mejor.

 

2. Pregunta poderosa:

Cuándo estés entrando en paranoia, pregúntate ¿Si me muriera mañana, así me gustaría haberme sentido mi último día?

Podemos imaginar la respuesta, ahora haz algo para sentirte mejor. 

 Por ejemplo: Puedes orar brevemente a Dios y a los seres de luz que te rodean. Meditar o cocinar algo rico con amor.

Me encantaría escucharte

Después de haber leido este post, te pregunto

¿Te identificas con este miedo? ¿En qué situaciones te pasa?

Antes de irte, aprovecha en registrarte y llévate (gratis) recursos emocionales y espirituales para superar tus miedos, aumentar tu confianza y amor propio.

Te agradezco por el tiempo que le dedicas a este blog y te agradecería un montón que lo compartas para que más mujeres aprendan recursos para vivir con mayor plenitud.

Hasta la próxima

¿Quieres recibir recursos emocionales y espirituales para superar tus miedos, aumentar tu confianza y amor propio? Haz click aquí: